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Domingo, 6 de septiembre de 2015 
Entrevista, Diario El Mercurio
Canciller Heraldo Muñoz: "Lo que espero es que como nosotros respetamos a Cuba, Cuba respete a Chile"
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El ministro realizó un positivo balance de la gira que efectuó esta semana, junto a empresarios, a la isla.

Rienzi Franco Desde La Habana
Nacional, El Mercurio

En el sexto piso del centenario hotel Nacional de Cuba se ubica la habitación que solía utilizar Frank Sinatra en sus visitas a La Habana. Luego de recorrer esas dependencias, el canciller Heraldo Muñoz se instala a conversar con "El Mercurio" en el epílogo de su gira de trabajo de tres días a la isla.

-¿Qué balance hace de esta visita oficial a Cuba? Usted la anticipó de "histórica".

-El que esta visita fuera caracterizada de histórica fue más bien por el hecho de que no hemos tenido una visita bilateral en varios años y, quizá más importante, porque ocurre en el contexto del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, y en un momento de cambios del modelo económico y de transformaciones importantes en este país. En ese sentido, el viaje cumplió con sus expectativas positivas, y así lo he escuchado de parte de los empresarios y, por cierto, por parte de nuestra delegación del Gobierno.

-¿Fue una gira de corte económico?

-No fue puramente económica, pero ha tenido un acento económico, comercial y de inversiones; pero también estuvo presente la dimensión política, porque hemos hablado de problemas latinoamericanos, de asuntos multilaterales y hemos conversado sobre el área de cooperación sur-sur y triangular.

-¿Cree usted que hay democracia en Cuba?

-Como canciller, no puedo estar haciendo evaluaciones de cuánta democracia hay o no hay en cualquier otro país, no solo en Cuba. Un gobierno se guía por los intereses nacionales y tiene que esmerarse por que los intereses del país se vean favorecidos. Nosotros no somos una ONG que hace rankings, eso les corresponde legítimamente a otros. Los estados hacen política exterior.

-¿Tampoco corresponde auscultar lo que ocurre en términos de las libertades personales?

-El desafío que tenemos permanentemente es tratar de combinar de manera virtuosa principios, valores e intereses reales y concretos, y para eso está la diplomacia. Ello no significa que el Gobierno no tenga opiniones. Ahora, la manera de comunicar esas opiniones es algo distinto.

-¿Abordaron temas complejos en su conversación con el cardenal de La Habana, Jaime Ortega?

-Tocamos temas complejos, efectivamente. Fue una reunión muy informativa, franca, y me causó gran satisfacción tener la oportunidad de poder conversar un rato largo con el cardenal de diversos temas, tanto de Cuba como del escenario internacional.

-¿Así se expresa, por ejemplo, un punto de vista de "manera inteligente", como lo dijo anteriormente?

-Mire, cuando uno está en un país, tiene que buscar entenderlo mejor, y el cardenal Ortega es uno de los actores más relevantes de este país. Por eso, para mí ha sido muy útil esa conversación.

Disidencia cubana

-¿Qué valor otorga a los parlamentarios chilenos que le solicitaron públicamente se reuniera con la disidencia cubana?

-Las opiniones de parlamentarios tienen un valor y son muy respetables; pero también hay que tener presente que la política exterior la conduce la Presidenta y que siempre hay que tomar opciones en política internacional, y, en ese sentido, definir qué se diga, cómo se diga, y con quién se diga le corresponde constitucionalmente a la Presidenta; en tanto, el canciller se encarga de ejecutar esa política.

-¿Y esa no era una opción a tomar?

-Ya respondí claramente que esas opiniones me merecen el mayor respeto, pero nosotros sabemos cómo comunicar aquello que estimamos relevante comunicar. Esta fue una visita oficial, fui invitado por el gobierno cubano y la agenda fue acordada entre las dos partes.

-¿No estaba como condición el no reunirse con la disidencia?

-No había condiciones, no me las pidieron ni las demandé. La agenda fue en función de aquellos temas que estimamos que eran los importantes en esta oportunidad, en un momento tan significativo como la reapertura de relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Y estos dos países no se impusieron mutuamente condiciones para restablecer vínculos oficiales y dialogar.

-¿Le faltó reunirse con Raúl Castro?

-No solicité esa entrevista, porque se contempló que las reuniones fuesen con mis contrapartes, el ministro de Relaciones Exteriores y el de Comercio Exterior. Hubo un gesto significativo, pues fui recibido por la vicepresidenta del Consejo de Estado.

-¿La visita de delegaciones que desean hacer negocios, como la comitiva empresarial de Chile, y la ley de inversiones de Cuba hacen que la figura de Fidel Castro quede atrás?

-Lo concreto es que hoy día hay un proceso que es liderado por Raúl Castro, y percibo una gran discusión por lo que viene por delante. Veo cambios importantes desde la última vez que estuve acá, y más cambios aún respecto de la vez anterior, pero la conducción es de Raúl Castro, y eso lo confirman todos los observadores. Fidel Castro tiene su lugar en la historia, qué duda cabe.

Demanda de Bolivia

-¿Le complicó la declaración del ALBA en la que Cuba apoyó la aspiración marítima de Bolivia?

-Varios de los países del ALBA nos han dado explicaciones en cuanto a que recibieron muchas presiones, y que además para ellos no era un tema fundamental de la declaración. De hecho, el párrafo no menciona el nombre de Chile ni el océano Pacífico al referirse a la aspiración marítima boliviana.

-¿Cuba dio también explicaciones?

-No. Me refiero a otros países que no mencionaré. Pero lo que sí queda claro es que se supo de la declaración del ALBA porque nosotros no la ignoramos. Esa declaración había sido hecha antes en la anterior administración, en 2013. La diferencia es que nosotros la rechazamos. Ahora, hay que dimensionar adecuadamente lo que allí se dice y considerar que Chile no es parte de ese grupo de países.

-¿Y este apoyo es un tema a considerar con Cuba?

-Con Cuba tenemos acuerdos y desacuerdos, tenemos caminos distintos al desarrollo, pero nos respetamos mutuamente. Lo que espero es que así como nosotros respetamos a Cuba y sus prioridades, Cuba respete a Chile y a sus intereses.

Fuente: El Mercurio